Siempre he querido colaborar de alguna forma con las personas que más lo necesitan, aunque me costó un tiempo ver la forma de poder hacerlo, porque a mi también, como a todos, me cuesta llegar a fin de mes.
Un día pensé en colaborar con alguna ONG pero no sabía muy bien por donde empezar a buscar y elegir la correcta, pues casi todo el mundo con el que hablaba me metia el rollo que si era una perdida de tiempo, que el dinero se perdía por el camino, bla bla bla.
Hasta que me hablaron de la Fundación Vicente Ferrer y me informé de todo lo que habían
hecho en Anantapur (India). Me quedé tan fascinada que no dudé en apadrianar un niño.
hecho en Anantapur (India). Me quedé tan fascinada que no dudé en apadrianar un niño.
Sigo viviendo igual, con los mismos gastos, y muy contenta de destinar esos 18 euros
al mes a la fundación, y pienso que si no lo hiciera, seguramente me gastaria el dinero
en tomarme dos cervezas o comprandome algún capricho.
Este es Ramaraju, mi niño de la India, ¿verdad que es guapo?
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